Ana León Rubio

[ de Algeciras a Estambul ]

Archivo de Nueva York

Downtown, Nueva York

La parte sur de Manhattan ha pasado a denominarse Downtown, término que posteriormente ha exportado al resto de ciudades estadounidenses para identificar el centro de las localidades.

En el Downtown de Manhattan está situado el centro financiero y posee altos rascacielos que casi llegan al agua si no fuera por el bien situado Battery Park, un gran parque con magníficas vistas a la Bahía de Nueva York, a la Estatua de la Libertad y a Ellis Island. Dicho parque resulta un respiro ante tanto ladrillo y acero de calles como Wall Street.

Además de turistas haciendo cola para los transbordadores que le llevan a la Estatua de la Libertad podremos encontrar a trabajadores enchaquetados que, trabajando en una oficina situada en el piso número cuarenta y pico, han visto que hace sol y han preferido tomarse un sandwich en un banco del Battery Park para almorzar. También encontraremos, como a cualquier hora en un parque de Nueva York, gente haciendo deporte. Un paréntesis ante el estrés de las finanzas.

Edificio Chrysler, Nueva York

El cielo del Este de Manhattan de Nueva York está coronado por una pirámide de acero, un edificio que ostentó el nombramiento del más alto del mundo, aunque sólo fuera por 11 meses, y es que el único límite para los constructores de la Gran Manzana es el cielo.

Este rascacielos Art Decó, de 319 metros de altura destaca por la ornamentación usada, que simula los tapacubos de los automóviles Chrysler. No hay que olvidar las 8 gárgolas, situadas dos por cada esquina.

Durante la construcción el Edifico Chrysler estaba en competición con el situado en número 40 de Wall Street por saber cuál sería el más alto del mundo, éste último lo superaba por algunos centímetros.

Habría que imaginar la cara de los neoyorquinos cuando una tarde de noviembre de 1929 empezó a elevarse desde dentro del edificio con caparazón de metal, una aguaja de 60 metros, consiguiendo así el tan esperado título del señor de las alturas. Dicha aguja se había construido como el mayor de los secretos dentro del propio edificio.

Sólo once meses despúes se terminó el Empire State, y hoy se puede apreciar cómo el hermano mayor acapara todas las miradas, aunque no hay que olvidar que el Edificio Chrysler es de una estética mucho más elegante.

Aunque el acero nirosta del que está recubierta la parte de arriba es inoxidable, es capaz de tomar un color rojizo con los rayos del atardecer. Y por la noche, el mayor de los espectáculo, se enciende cual antorcha, iluminando una ciudad que nunca duerme porque siempre hay alguien mirando.

Paseo por Brooklyn, NY

Si salimos del metro en la estación Clark Street de las líneas rojas 2 y 3, tendremos la oportunidad de hacer un corto pero precioso recorrido por Brooklyn.

Dirigiéndonos hacia el oeste por Columbus Heights llegaremos al mirador Brooklyn Heights, desde donde se puede ver la zona financiera de Manhattan, el puente de Brooklyn y la Estatua de la Libertad.

El paseo está cuidado al detalle, con una arbolada y bancos para relajarse con las vistas. Las mansiones de estilo victoriano le dan a uno la sensación de estar en otra ciudad y en otra época.

El ritmo de vida es diferente y si en Manhattan lo normal es que te cruces con personas con sus auriculares puestos, en Brooklyn encontrarás a barrenderos dispuestos a entregarte la más amigable de sus sonrisas y un saludo que llena de alegría a cualquier visitante.

Andando hacia el puente de Brooklyn y tras un descanso en el Brooklyn Bridge Park, un parquecito entre los dos puentes (el de Brooklyn y el de Manhattan), se puede tomar el paseo peatonal hacia el Down Town.

Puente de Brooklyn, NY

El puente de Brooklyn es uno de los símbolos de la ciudad de Nueva York. Une los barrios de Brooklyn y Manhattan. Cuando se construyó (entre 1870 y 1887) fue el puente colgante más grande del mundo, alcanzando los 1.825 m de largo.

El 24 de mayo de 1883 se inauguró. El primer día lo cruzaron 1.800 vehículos y 150.000 personas. Seis meses despúes murieron 12 personas tras una avalancha por miedo a un posible derrumbe. No fue hasta que un famoso empresario desfiló por el puente junto con una manada de 21 elefantes, cuando se recuperó la confianza en su resistencia.

El día del atentado a las Torres Gemelas (11S), las personas que en esos momentos se encontraban en el Downtown se dirigieron hacia el puente para huir de la nube de polvo y de la inseguridad reinante en la parte baja de Manhattan.

El puente está construido en piedra caliza, granito y cemento. Es de estilo Neogótico. Son característicos sus arcos apuntados en las dos torres laterales. Contiene dos calzadas con tres carriles en cada sentido y una pasarela elevada para peatones y para el carril bici.

Cruzarlo a pie es una experiencia magnífica. Resulta un paseo agradable que dura 20 minutos y en el que se puede observar desde el Downtown, los edicicios del Chrysler, el Empire State, la Estatua de la Libertad… Hay que tener cuidado con el carril bici, porque van muy rápido y normalmente los turistas no se suelen fijar mucho por dónde van.

Diariamente lo cruzan miles de personas andando y a determinadas horas puedes observar a los trabajadores de Wall Street con sus mejores trajes y con sus zapatos de deporte andando a un ritmo acelerado. Muchos dejan sus elegantes zapatos en sus oficinas o los llevan en sus bolsos. En una ciudad donde todo va a una elevada velocidad y donde el culto al cuerpo está por encima de muchas cosas, el andar con un traje de channel y unas zapatillas nike pueden solucionar muchos problemas.

Chinatown, Nueva York

Lo mejor para conocer Chinatown es pasear sin guía ni recorrido cerrado. Paseando se pueden observar en las pescaderías, aún vivos y saltando en sus cajones, pescados que nunca habías visto y animales que no pensabas que eran comestibles. Unas ranas te miran desde lo más profundo de un bidón con sus ojos saltones cuando una anciana introduce sus manos para manosearlas y elegir cuál es la más suculenta para la cena.

Setas, plantas de colores y olores que ni sabes lo que son, porque su letrero lo pone en chino y porque el tendero no sabe inglés, ni asegurarías que tu estómago podría digerirlo.

La primera vez que alguien se te acerca para venderte imitaciones te sorprende, porque en vez de una estrategia de venta parece una regañina. Miles de tiendas de ropa, miles de restaurantes, miles de carteles de miles de colores escrito en chino. Y mucha gente.

No se sabe cuánta gente vive en Chinatown debido a las dificultades para hacer el censo, como son los problemas del idioma y la inmigración ilegal. Los edificios son antiguos y mal conservados, donde viven cada vez más y más chinos. Ha aumentado tanto la población en este barrio que han ido comiéndose el barrio Littel Italy, del que sólo queda el NoLita.

Hay muchas cadenas de comida rápida china, con una estética parecida al McDonal’s y allí entran los turistas, pero yo recomiendo que observéis dónde van a comer las personas que viven en el barrio. Seguramente vayan a un restaurante oscuro, donde no hay ningún occidental y donde, por supuesto, nadie sabe inglés. En este caso sólo cabe señalar con el dedo la comida de los demás comensales, que te estarán mirando como si nunca hubieran visto a un turista, y sacar unos cuantos dólares en la mano para que la dependienta te cobre, confiando en que no te vaya a timar demasiado.

Staten Islad Ferry

Está claro que Nueva York se puede disfrutar de miles de formas diferentes, y una de ellas son sus vistas. Una forma gratuita de ver la ciudad es desde el río Hudson tomando el ferry a Staten Island.

Tomando la línea 1 del metro (la roja) downtown nos bajamos en la parada de South Ferry y allí  podemos coger este ferry gratuito que hará el recorrido que Melanie Griffith hacía en la película «Armas de Mujer» hacia la isla de Staten.

Staten Island Ferry

Staten Island Ferry

Los ferrys, grandes barcos de color naranja, tardan media hora en llegar a la isla. Comienza el recorrido y si nos ponemos en la parte trasera del ferry podremos observar el puente de Brooklyn y la zona financiera de Nueva York. Conforme se aleja de la estación tenemos una visión más completa del Downtown, con el Batery Park.

Hacia la derecha en el sentido de la navegación, podremos ver Ellis Island, isla donde llegaban los inmigrantes venidos de la vieja Europa y posteriormente la Estatua de la Libertad. Muchos visitantes de Nueva York prefieren este recorrido que es gratuito a coger el ferry que va directamente a Liberty Island, ya que desde los atentados del 11 S es más difícil subir a la Estatua de la Libertad.

El momento de bajar del ferry es un poco aparatoso, porque todos los turistas deben bajar y volver a hacer cola para coger el siguiente ferry que los devuelva a Manhattan. En este momento son normales los empujones y codazos, aunque sale un ferry cada media hora.

A la vuelta uno puede soñar el momento en el que miles de inmigrantes llegaban al puerto de Nueva York. Italianos, polacos, irlandeses… Criminales, portadores de enfermedades infecciosas, anarquistas… Todos ellos habían puesto sus esperanzas en la tierra de las oportunidades. De pronto, saludando y haciendo partícipe a los pobres venidos de tan lejos, el sueño americano: la Estatua de la Libertad.

Posteriormente el barco de los inmigrantes se desviaría hacia la izquierda dirección a Ellis Island, donde les harían pasar controles legales y médicos. Sin embargo, el ferry de Staten Island sigue recto hacia la Gran Manzana.